CON EL DEDO EN LA LLAGA
A diario
leemos y nos enteramos de una y otra y otra desfachatez por parte de nuestros gobernantes, tal
pareciera que México está gobernado por AlPRI babá y los chorrocientos ladrones. Escándalo tras escándalo, crímenes, impunidad y corrupción son el pan nuestro de
cada día en este país que en algún otro momento vivió tiempos de paz y cierta
prosperidad.
Pero hoy no
quiero hablar de los gobernantes, sería
reiterativo, quiero hablar de nosotros los mexicanos que también tenemos
nuestra vela en este “infiernito” en el que se ha convertido este país. Criticamos a los gobernantes pero como
ciudadanos no hacemos nada y no me
refiero a marchar y protestar, me refiero a nuestro valor cívico y nuestras
responsabilidades como ciudadanos, como seres de un grupo social, étnico y
familiar.
Cuántas
veces no llega un conocido, vecino o incluso familiar a pedirte algo prestado y
bien sabes que tal objeto difícilmente llegará de regreso a tus manos. Si te invitan a una reunión o fiesta y llevas
un buen vino para compartir no faltará el anfitrión que al ver las bondades de
ese vino lo guarde en su “cava particular”
(léase cómoda de la cocina) y te ofrezca una bebida de ínfima calidad.
Cuando alguien llega contigo con un drama digno de película de los años cincuenta y te pide dinero prestado a la hora de cobrar
entonces la película cambia y se siente ofendidísimo y tú eres un
desalmado. Cuantos minutos, horas y días
hombre has perdido en tu vida esperando
por alguien que no tiene la menor gana de llegar puntual a una cita, es tal el
descaro que ya se habla de “hora mexicana” ( significa media hora después y hay quienes cínicamente llegan una hora
después del tiempo acordado) , la falta de respeto ante el tiempo ajeno es un
robo de algo no recuperable que se llama tiempo.
Me dirán que
los gobernantes que tenemos no tienen comparación ante las “nimiedades” de la
población, a lo que yo les respondo que no es la cantidad ni la magnitud del
daño sino el mismo hecho, quien hoy te roba tu tiempo, tu dinero ( aunque sean
pocos pesos) , tu dignidad, quien
insulta tu inteligencia con mentiras , quien aún piensa que el que no tranza no
avanza , es cien por ciento probable que si llegara a un puesto de poder haría
las mismas o peores fechorías que las que están haciendo nuestros gobernantes.
¿Acaso los
diputados y senadores no son ciudadanos? Y acaso no hay dos tipos de jóvenes (sin
intermedios, ahora sí que sólo blanco y negro)
unos que “luchan” por un México mejor (sólo para ellos) y otros que se
enfilan en las líneas de la corrupción para y sueñan con tener poder y muchísimo dinero por obra y
gracia de la “plurinominalidad “.
En este país
no es sólo el gobierno y sus miembros los que están haciendo daño a la nación y
al pueblo , sino el mismo pueblo que ha perdido el respeto a sí mismo.
El peor
enemigo de un mexicano es otro mexicano, y si no, pregúntenle a nuestros
paisanos que vienen a vacacionar y visitar a su familiares las penurias que
pasan, o incluso en el otro lado un agente de policía de origen mexicano es más
duro con los mexicanos que un anglosajón. El racismo en México es una lucha
continua entre los diferentes grupos “étnico-sociales” el “güerito”
quien es “minoría” es discriminado por la mayoría quien lo ve y lo trata
con un resentimiento social producto sólo de un complejo que no corresponde a
la realidad económica y social ya que persiste la tonta idea de que el color de
la piel es directamente proporcional a la cuenta bancaria, nada más lejos de la
realidad. México es así un país dividido
desde sus entrañas y que carga lastres antiquísimos que no ha “querido”
resolver por ese miedo a ser que tanto lo caracteriza.
Sé que esto
causará cierta ámpula, pero así es esto de poner el dedo en la llaga.
Eduardo
Sastrías
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