Friday, December 14, 2012

QUERIDO SANTA


Querido Santa Claus:

Te mando un poco tarde esta carta ya que no he tenido un minuto para escribirte debido a tantas ocupaciones (ajenas) por lo que espero que te llegue la presente a tiempo antes de navidad, te la estoy enviando por diferentes vías antes de que la hagas de tos y me reclames que te llegó varias veces y que ya la leíste.

Este año como habrás visto me he portado más que bien, he sido sumamente iluso y obediente, y eso en este país de los agachados y los lloriqueados es sinónimo de ser bueno, por lo que no dudarás de que en efecto he sido más que bueno pues he tenido que cumplir todos los requerimientos, deseos y caprichos del lugarejo donde trabajo por lo que me ha sido imposible procurarme una vida propia, plena, con libertad de movimiento y acción.

Es por eso que esta navidad te quiero pedir un par de huevitos para tener el valor de renunciar a eso que se llama trabajo y que muchos quieren ver como una bendición cuando en realidad es una Vendición sí, no te esponjes, no es mala ortografía , es venderse con sumisión “Vendición”

Y es que pues en efecto debo confesar que me ha ganado el miedo de tomar la determinación, que si por lo que podré hacer fuera de semejante mazmorra, la cual por cierto me recuerda la analogía de la “Cueva de Platón”, que si los demás dicen que me moriré de hambre, que si me enfermo no estaré protegido, que si viene una crisis económica peor que la del 2009, que si esto o aquello y yo sigo aguantando todo tipo de vejaciones laborales con tal de tener unos centavitos.

Ahora bien si no me puedes traer un par de huevitos, pues tráeme un traje de “lástima”, ya que esa es la mejor moneda para sobresalir sin mucho esfuerzo en este país lloriqueado y tan carente de autoestima. Mira con que me ponga el traje de “lástima” de 8 am a 8 pm ya la hice, nadie me molestará en la oficina, es más harán el trabajo por mí para que se sientan seres “buenos”, me llenarán de sonrisas hipócritas y se desvivirán de que alguien los vea que me apoyan en todo y seré el objeto que los demás tomarán para alcanzar la santidad.

Bueno si no te da tiempo de confeccionarme el traje de “lástima” mándame un “ traje de imbecilidad”, sí Santa quiero ser un verdadero y reverendo pendejo, ese al que nadie quiere y que ni para qué encargarle que haga algo porque es tan, pero tan pendejo que para qué fiarse, mejor que otro lo haga, mira con ese “traje de pendejo” con que me lo ponga también de 8 am a 8 pm , tendré doce horas para mi solito, podré incluso echarme mis “coyotitos” , a papar moscas o cualquier otra ocurrencia.

Ahora bien si por tus múltiples ocupaciones o porque ya tu trineo está hasta la madre de computadoras, pantallas de TV, celulares, y demás aparatejos, pues reenvíale esta carta a los “Santos Reyes” mira que esos tipos son la buena onda, nada más de saber que anduvieron solos tres hombres en el desierto con sus animales, me puedo imaginar todo lo que no se habrán atrevido a hacer, y mira llevaban un buen de goma llamada Mirra, un buen de hierba con la que se daban sus pasones y que la disfrazaban de incienso, y harto oro ilícito para lavar , por eso andaban zigzagueando por el desierto, entonces a esos tipos creo que se les puede pedir cualquier cosa , desde un porro, que desaparezcan a alguien o hasta mi traje de imbecilidad.

Bueno mi querido y bien “alegre” Santa Claus, esta navidad te voy a dejar un vaso de whisky con cacahuates junto al árbol de navidad, ya que la última navidad que te dejé un vaso de leche y unas galletitas, no mames fue un asco entre los pedos tuyos y de tus renos que seguro también se tragaron parte de la leche, haciendo un batidero todo el techo de la casa y la estela que dejaron no fue precisamente de estrellas.

 

Atentamente

El niño Lalo

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