Sunday, March 24, 2013

DOMINGO DE RAMOS




Jesús un ser humano que  se decía dios y que entraba en una de las más importantes ciudades del mundo judío en un patético  borrico  desafiando a los poderosos, en un acto poco comprensible y  casi suicida, es  crucificado con saña en medio de un escenario por demás vulgar y ofensivo a tan solo una semana de tal evento. El olvido, la fiesta, la algarabía hacen de este ser el pretexto de un pueblo que está sediento de pan y circo para sacar a flote en el anonimato de la masa sus más internos conflictos, es el pretexto para inventar una religión a base de sangre y martirio.
 A veintiún siglos del supuesto evento, el ser humano no ha cambiado, sólo se ha sofisticado, la tecnología y la “sagrada” televisión  pueden elevar a cualquier simple ser humano a la calidad de un semidiós y de un minuto a otro destrozar su vida, todo sea en favor del “rating”  de ese pan y circo que se le presenta a las masas ávidas de tragedia y de oropel, que a su vez reproduce los billetes cuasi como un milagro para los hacedores del circo. Hoy como entonces  se escoge una ficha  con la cual jugar para después ser desechada. La fila de fichas que desean ser escogidas es enorme así que hay mucha materia para este credo.
Jesús, dudo que seas dios, pero  me queda claro que fuiste y has sido el pretexto para que  el ser humano  ponga en tu nombre sus más bajas pasiones, sus más íntimos sentimientos  y su más miserable conducta.
No importa ya tu nombre, hoy te llenan de palmas mañana de escándalo  ese que se vende  en revistas, televisión y redes sociales y después descansarás en la paz del olvido, para que cuando lo crean prudente los hacedores del circo te resuciten y te vuelvan a vender.

Eduardo Sastrías 

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