HIPOCRESIA
Partes plaza
entre reverencias
halagos,
verónicas y luces deslumbrantes,
aplausos sin
medida el público te brinda.
La víctima en turno sostiene la mirada
ante tu máscara sonriente
que anuncia
la inminente estocada de la muerte súbita,
caen los
claveles a tus pies, pronto se
marchitarán,
la banda
desafina al paso del regio corcel.
En hombros
de tus compinches el ruedo dejas
vitoreado
por la ovación del pueblo
ciego de tu
oscura verdad
rabo y
orejas a ella dedicas,
sólo a ella,
la ambición, tu única aliada.
Eduardo
Sastrías
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