Sunday, May 12, 2013

LA TRISTE HISTORIA DE UN ROMPECABEZAS



“Soy la pieza que ya no cabe.
La de un rompecabezas olvidado.
La que nadie quiere en éste.
La que ya no ajusta por gastada.
La que no dice cosas bonitas.
La que no entiende para qué sirve.
Una pieza cansada de brincar de caja en caja
que no quiere ser guardada nunca más”…

Érase una pieza de tantas que vivía feliz siendo parte de un rompecabezas que le dijeron que era perfecto, suavemente fue acomodada quedando exacta, se sentía feliz y única dentro de tantas piezas, sabía que ella al igual que las demás tenía un papel importante en la creación del todo.
La armonía de colores y formas se percibía sólo estando unidas todas y cada una de las piezas.
Una a una iba uniéndose al juego y formando parte de ese maravilloso universo de imágenes y formas.
Sin embargo un día cuando el armado se terminó todas las piezas debían regresar a la caja y dar por terminado el propósito de su existencia.
La mano que las unió entonces decidió  arrojarlas para que tuvieran vida propia. Al ver las intenciones del hacedor de imágenes todas las piezas quisieron tomarse con fuerza de las manos para permanecer unidas.
Pero el viento y la gravedad  hicieron que se desperdigaran por  todos lados (toda la faz de la tierra) Hubo una que al verse suelta quiso correr  para alcanzar la caja original de donde había salido pero fue imposible, nunca lo pudo lograr. Algunas de las otras piezas   se encontraron en el camino y pudieron unirse formando diminutas partes de la realidad a la que habían entonces pertenecido. Vivian felices  de saberse  que una le daba un porqué de su existencia a la otra.
Otras  cayeron en un pozo muy oscuro y sólo veían el reflejo de la luz  y las sombras de la realidad , el  miedo a salir las sostenía allá dentro , habían escuchado que las “cosas allá fuera están terribles”.
Otras cayeron en un verde y hermoso campo  y quisieron mimetizarse con aquel paisaje.
Otras cayeron al mar y una ballena  se las tragó, ahora viven sin saberlo dentro del estómago de la ballena  creyendo que se encuentran en una  enorme  cueva que les provee de todo.
Otras el sol las ha deslumbrado y  decolorado,  se han quedado vacías.
Otras cayeron en la punta de un árbol y debido a que no han tocado la tierra ven el mundo desde otra perspectiva, desde arriba,  han desarrollado  un sentimiento de superioridad insolente, han olvidado su origen, viven en el confort que les brinda su privilegiada situación, se sienten una prolongación de la divinidad.
Una  fue a caer en la ciudad, en medio de la calle, apenas se recuperó de la caída tuvo que sortear las llantas de los autos, el golpe de las escobas, los tacones de los zapatos de los transeúntes, el polvo, el viento la fue a arrojar a un bote de basura, no podía creer lo que veía, en medio de cáscaras de fruta, latas, retazos de  jergas,  vio  la caja de un rompecabezas,  se frotó los ojos para asegurarse que lo que veía no era un espejismo sino una nueva oportunidad en medio de los desechos y la mugre. Brincó y brincó hasta lograr encaramarse y entrar en aquella caja por un agujero que tenía en la tapa, al entrar escuchó algunas voces:  – quién apagó la luz, ya cállate, déjame dormir, quién anda ahí.
Al apartarse del orificio por donde entro  un rayo de luz iluminó el interior de aquella caja y pudo  ver  toda clase de  piezas de un rompecabezas desconocido, eran tan diferentes a ella, estaban unas sucias, otras maltrechas otras vestidas con hilos y tirones de telas raídas, otras yacían dormidas, otras hablaban las unas con las otras en secreto viendo de reojo a la recién llegada.
       -  Hola, dijo tímidamente la pieza intrusa. 
 Todos le dieron la bienvenida,esa era la norma, ella era diferente pero seguro se acomodaría.
Ella  por su parte sólo quería  encajar en un rompecabezas.
        - Esta es la triste  realidad de todas las piezas del rompecabezas, tarde o temprano somos desechadas, nos usan para entretenimiento pero una vez que se acabó el juego  nuestra existencia estorba.
-         - Allá afuera las cosas están terribles, siempre es mejor estar aquí, mira pocas fichas tienen un techo seguro, compañía comida y…
     Escuchaba la recién llegada cómo hablaban unas y otras justificando su precaria circunstancia .
                 - ¿Algún propósito? Preguntó la novata
           - Bueno, bueno  eso depende de cada quien, el universo es infinito cuando se tiene un sueño.
-    Suspiró la ficha, – yo sólo quiero pertenecer a un rompecabezas, ser alguien dentro del contexto de un todo.
        - Uy, uy, uy, muy elevada me salió  ésta, interrumpió una ficha hecha de cartón desgastado  de muy baja calidad, que se doblaba al hablar.
Afuera se escuchó un parlante que anunciaba la candidatura de un político. Con “Marco de  Madera” tu vida dejará de ser una pena vota por Marco de  Madera este primero de julio.
Cuántos años ya habían pasado desde aquel día en que entró en aquella caja de aquel rompecabezas olvidado, cuántas peripecias, brincos, sobresaltos, penas y pérdidas había sufrido aquel lugar de todos y de nadie. Hoy escuchaba la voz de un político que con una  simple frase intentara como obra de magia borrar todas las penurias de su pueblo. Ella ya no creía en nada ni en nadie.  Los años le habían dado sabiduría y le habían quitado el cascarón de la superficialidad con la que fue hecha.
Cayó en la cuenta  entonces que  fue tanto lo que ella quiso embonar en otro rompecabezas  al que no  pertenecía, tanto quiso ser aceptada y quedar bien con todos, que sólo se desgastó y  exhausta se autoexilió  psicológicamente cayendo  en una terrible depresión, daba lo mismo si era una pieza funcional o un desecho, para ella todo tenía el mismo color gris aunque las demás se  esforzaran en ver todo color de rosa, fue así  desechada, separada, segregada, criticada y vista como animal raro por las demás piezas.
Ya había olvidado el nombre del  rompecabezas al cual alguna vez había pertenecido, en su locura depresiva se le escuchaba a sí misma decir entre gritos y susurros:    -   Nombre del rompecabezas   “Burocracia, terrorismo de Estado”;  - nombre del rompecabezas  : “ El Abismo”;  - nombre del rompecabezas: “ Ser diferente no significa ser mejor” , – nombre del rompecabezas: “ Mierda;          - nombre del rompecabezas: “Nepotismo”; – nombre del rompecabezas: “Ineptitud valemadrista” ; – nombre del rompecabezas: “Mediocridad”;  –  nombre del rompecabezas… las lagrimas ahogaron su canto desesperado , al enjugarse las lágrimas y ver ese suelo húmedo, oscuro, con olor a orines, a viejo, a abandono  y olvido se vio a sí misma en aquellas otras fichas olvidadas del mundo, se dio cuenta que llevaba mucho tiempo creyendo que ser parte de un rompecabezas era su finalidad en la vida, lo que le daría sentido a su existencia, lo que le traería la felicidad, quería repetir un tiempo muy lejano que no existía ya más.  Se encontró en un mundo donde tener era más importante que ser, tener una pareja, tener un estatus, tener, tener, tener.  Hoy ella ni siquiera se tenía a sí misma, había puesto toda su energía en una quimera, en una idea de otros y no había buscado la esencia de sí misma, había caminado por el estrecho mundo que conocía bajo el espejo que otros le reportaban, vivía a través de otros en pos de una seguridad que nunca existió.
La pieza salió entonces de aquella caja, estaba toda desgastada, llena de moho, era sólo un frágil pedazo de papel, el sol la acarició y tomó aire fresco, a paso lento se retiró de aquel basurero  y se dijo a sí misma:
“La vida tiene sentido sólo hasta que las piezas han sido unidas, sin embargo la historia propia  se escribe con las piezas que cada quien va escogiendo”. 

Eduardo Sastrías

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