BAJO LA MISMA ESTRELLA
De la novela
escrita por John Green y publicada en enero de dos mil doce cuyo título fue
inspirado por la famosa frase de la obra Julio César de Shakespeare cuando
Casio le dice a Bruto «¡La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas,
sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores”.
Dirigida por
Josh Boone, con guion de Scott Neustadter y Michael H. Weber. Es protagonizada
por Shailene Woodley y Ansel Elgort.
La historia
al principio pudiera parecer una simple y trillada historia de amor, esa que
siempre trae a colación un obstáculo
para los enamorados, el reto o la desgracia de un amor, en este caso el cáncer.
Dos jóvenes de diecinueve años que
atraen al espectador por su belleza, así como la destreza de la fotografía, viviendo una vida un tanto
desahogada para recibir todo tipo de intervenciones médicas, en hospitales
donde no falta nada, donde son atendidos
con respeto y dignidad. Un par de jóvenes con lo que podría ser una vida de
encanto si no tuvieran al malévolo inquilino en sus cuerpos.
Padecer una
enfermedad crónico- degenerativa (cáncer, sida, diabetes, lupus, etc.)
convierte a quien la padece en un ser
que forzosamente enfrenta la vida como un reto diario, el reto de seguir vivo y
luchar contra las adversidades de los protocolos, los medicamentos, las
quimioterapias, el deterioro, la depresión, los obstáculos físicos y
emocionales, los efectos colaterales
todo ante la mirada soberbia de los “sanos”, aquellos que por tener la dicha de
ser saludables creen merecer el grado de dueños del mundo, señores del miedo.
Sobrellevar
una enfermedad crónico-degenerativa hace ver la eternidad que hay en un
instante, en ese mismo instante en que el cuerpo da cierta paz antes los
embates.
Bajo la Misma
Estrella, nos habla de dos jóvenes, muy jóvenes que encuentran el amor bajo la
misma circunstancia, no sólo ese amor romántico del uno con el otro sino el
amor a sí mismos, a sus retos, a la vida misma que ellos han creado. Una vida
vista desde el otro lado de un espejo donde la palabra “Ok” se dice cuando nada está bien, “siempre”
cuando la verdad es que será nunca, vivir con el enemigo es convertirse en su aliado.
El sentir
recobra su verdadero significado desde lo más profundo del ser que se traduce en un lenguaje totalmente
extraño para un mundo frío, virtual y lleno de miedo que no quiere disfrutar la
vida y las pequeñas cosas que ésta le brinda.
Sin duda el
dolor deja secuelas y a la vez da una gran enseñanza, el dolor hace un lado al dolor.
Esta
película se desarrolla en medio de dos temas que atañen a cualquier ser humano,
el olvido como una manera de morir, alguien muere hasta
que es olvidado, y el miedo como el enemigo a vencer.
Eduardo
Sastrías
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