Thursday, June 19, 2014

BAJO LA MISMA ESTRELLA



De la novela escrita por John Green y publicada en enero de dos mil doce cuyo título fue inspirado por la famosa frase de la obra Julio César de Shakespeare cuando Casio le dice a Bruto «¡La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores”.
Dirigida por Josh Boone, con guion de Scott Neustadter y Michael H. Weber. Es protagonizada por Shailene Woodley y Ansel Elgort.
La historia al principio pudiera parecer una simple y trillada historia de amor, esa que siempre trae a colación  un obstáculo para los enamorados, el reto o la desgracia de un amor, en este caso el cáncer. Dos jóvenes de diecinueve años  que atraen al espectador por su belleza, así como la destreza  de la fotografía, viviendo una vida un tanto desahogada para recibir todo tipo de intervenciones médicas, en hospitales donde no falta nada, donde son  atendidos con respeto y dignidad. Un par de jóvenes con lo que podría ser una vida de encanto si no tuvieran al malévolo inquilino en sus cuerpos.
Padecer una enfermedad crónico- degenerativa (cáncer, sida, diabetes, lupus, etc.) convierte  a quien la padece en un ser que forzosamente enfrenta la vida como un reto diario, el reto de seguir vivo y luchar contra las adversidades de los protocolos, los medicamentos, las quimioterapias, el deterioro, la depresión, los obstáculos físicos y emocionales,  los efectos colaterales todo ante la mirada soberbia de los “sanos”, aquellos que por tener la dicha de ser saludables creen merecer el grado de dueños del mundo, señores del miedo.
Sobrellevar una enfermedad crónico-degenerativa hace ver la eternidad que hay en un instante, en ese mismo instante en que el cuerpo da cierta paz antes los embates.
Bajo la Misma Estrella, nos habla de dos jóvenes, muy jóvenes que encuentran el amor bajo la misma circunstancia, no sólo ese amor romántico del uno con el otro sino el amor a sí mismos, a sus retos, a la vida misma que ellos han creado. Una vida vista desde el otro lado de un espejo donde la palabra “Ok”  se dice cuando nada está bien, “siempre” cuando la verdad es que será nunca, vivir con el enemigo es convertirse en su aliado.
El sentir recobra su verdadero significado desde lo más profundo del ser  que se traduce en un lenguaje totalmente extraño para un mundo frío, virtual y lleno de miedo que no quiere disfrutar la vida y las pequeñas cosas que ésta le brinda.
Sin duda el dolor deja secuelas y a la vez da una  gran enseñanza, el dolor hace un lado al dolor.
Esta película se desarrolla en medio de dos temas que atañen a cualquier ser humano, el  olvido  como una manera de morir, alguien muere hasta que es olvidado, y el miedo como el enemigo a vencer.  

                                               Eduardo Sastrías 

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