Saturday, November 01, 2014

EN EL PAÍS DE LOS MUERTOS


Los muertos ya no se pueden esconder, están por todos lados, viven en fosas clandestinas que gritan una a una haciendo miles que claman por justicia, no son los muertos los que hieden son los años de corrupción y de mal gobierno que han ido pudriendo a este país de flores para cubrir a sus muertos.
La muerte ya no se ríe como José Guadalupe Posada la pintaba, no, ella vive horrorizada de tanta desvergüenza que ve.
Un país de muertos vivientes que viven en sus cómodas cajas de afamados fraccionamientos donde se esconden de la realidad que como sombra fantasmal va creciendo.
Miles de caras que caminan por las calles, la muerte ahora las ha tomado a todas y les ha puesto por nombre Ayotzinapa .
El México y sus tradiciones que hablan del color y la textura el papel picado que el aire mueve cuando las ánimas llegan a departir de los alimentos y golosinas de su altar llora frente a las veladoras que elevan su luz y el  humo hacia el limbo de los que descansan en paz, aquellos que  regresan en una noche también para pedir no sólo justicia sino un digno entierro y no permanecer  en la nada que los ha convertido el narcogobierno .
El incienso no puede limpiar tanta inequidad, tanta porquería  y tanta desvergüenza.
La muerte es la burla que hacen los políticos a su pueblo y le ponen por nombre “daños colaterales”.
 México un país vestido de  luto con las manos teñidas de rojo y hundido en una gran fosa clandestina.  Es así que me resulta tan difícil escribir sobre el día de muertos en un país de muertos, en un país donde el día de muertos ya es un evento diario. 
“Dejad que los muertos lloren a sus muertos”  palabras bíblicas que hoy en día cobran un especial significado en un país de muertos donde ser joven y pensar es un delito.


Eduardo Sastrías