Saturday, September 21, 2013

LAS PAREDES DE SAN ANDRÉS


Alguna vez escribí  un breve artículo sobre los “muros”  refiriéndome  entonces  a lo que  ellos han representado a través de la historia para la humanidad, escribía “Los muros  dividen, segregan, separan pero también protegen y abrazan son silentes, guardan las historias de sus moradores, reciben llantos y plegarias, son símbolo de fuerza y poder”.
El paisaje de las calles al igual que el rostro de su gente se va arrugando, ajando, de pronto ha perdido su brillo y su lozanía. La juventud de aquellos primeros días forma parte de la  historia que se escribe con la humedad amarrada en los poros de sus bardas, con el ladrillo desnudo que grita de frío  y el velo de moho que cubre sus caras.
Pared, barda, muro, tiene tantas acepciones como imágenes mentales en cada sujeto.  En las ciudades y en los pueblos, como es el caso de esta pequeña población de San Andrés Cholula, uno camina por sus calles y no deja de preguntarse qué hay  detrás del silencio de aquellas paredes que pareciera estar a calladas a fuerzas, tanto que una que otra ha osado gritar con colores y formas  para retar al burdo grafiti o la gris existencia de sus moradores.
Detrás de aquellas paredes  hay un sinfín de historias que contar, algunas con algarabía otras a escondidas y con susurros. Pero eso no lo ve el transeúnte, para él la barda es un apoyo, una referencia, o en este caso una experiencia íntima entre las imágenes y el espectador.
Tomar una bicicleta y adentrarse por aquellas calles de San Andrés Cholula guiado por “Christian”  artista plástico o grafitero como le apetezca al lector, es una experiencia sin duda fuera de lo común, es como ir a una galería enorme tan enorme que no bastan dos horas en bicicleta para recorrerla. Artistas cuyas firmas son parte de la esencia del paisaje, alguno que otro  ha venido de lejos y ha dejado su legado sin el bombo y platillo de su lugar de origen. “En la línea”  me refiere Christian que es la génesis de este movimiento, la línea como esa barda que pinta su raya, que te pone enfrente una realidad que otros esconden, “En la línea”  un proyecto que no tiene más recurso que el que los artistas  tienen en sus bolsillos y es un sueño a base de formas y colores que dura más de una noche pero que terminará en un día.  Paredes que no son asaltadas sino donadas, bardas que retienen el efímero arte  que las vista con dientes y uñas. Muros que huyen  de ser secuestrados y prostituidos por campañas político-electorales. Esa son las paredes de San Andrés Cholula.
Te invito a que tomes tu bicicleta y así como yo, te internes en aquellas calles de San Andrés Cholula, ésas cuya nomenclatura se ha borrado ante el color y las formas de sus muros.



Eduardo Sastrías 

Thursday, September 12, 2013

¿POR QUÉ EL LUTO?



A eso de las  seis de la tarde cuando todos los albañiles de las casas en construcción del fraccionamiento donde vivo van saliendo, me encontraba amarrando su banderita de México a “Juventina”  mi bici.
Mientras los trabajadores pasaban frente a mi casa volteaban a ver la ventana donde se encuentra otra bandera con un moño negro sobre el águila y la serpiente.
En ese afán de que la banderita quedara bien amarrada  estaba  yo cuando uno de los albañiles se me acerca y me dice “ ¿Por qué el luto? , yo estaba tan metido en mi tarea que no entendí a qué se refería, al ver mi cara de incógnita me volvió a preguntar ¿Quién se murió, por qué el luto?  , caí entonces en la cuenta que se refería a la bandera.  – Pues porque este país jodido ya se lo llevó la chingada y lo han matado, fue tajante mi respuesta; tanta reforma le está dando en la madre al pueblo que cada día tiene menos y estos de arriba cada vez tienen más.  Aquél hombre veía a un horizonte inventado por sus ojos como queriendo entender qué era lo que yo le estaba diciendo. Ah, bueno es que yo sólo preguntaba, fue su reacción y siguió su camino hacia la salida del fraccionamiento, hacia la realidad que lo espera allá afuera.
Sin embargo me quedó aún más a mí la incógnita  de que si aquel albañil que trabaja de lunes a sábado de sol a sol, cargando bultos pesadísimos de cemento, estar  al sol y la lluvia pegando tabiques, martillando cimbras, haciendo mezclas, etc, un trabajo sin duda durísimo por una cantidad que lo más seguro cada día le alcanza para menos,  haya entendido mi luto y el de mi bandera y  lo que está sucediendo en este jodido país.
Sólo le dio la curiosidad de “por qué el luto”


Eduardo Sastrías 

Sunday, September 08, 2013

SACÁNDOLE BRILLO A LA ECONOMÍA NACIONAL


El día de hoy me puse a arreglar cajones y entre las cosas que salían de ellos salió una onza troy ya muy manchada, me dispuse entonces a tomar un poco de líquido limpiador de plata y mientras frotaba la moneda, se me vinieron a la mente varios recuerdos de mi infancia cuando mi padre me daba mi “domingo” con una moneda de plata de un peso.  Era una moneda pesada y de ahí el nombre de la misma moneda “peso”, una de las tantas tragedias de este pobre país México ha sido sin duda la que su moneda que irónicamente se llama “peso”  , lo ha perdido por completo, le han quitado ceros (según esto porque pesaban mucho a la inflación) pero el resultado ha sido que tenemos una moneda mutilada, que hoy por hoy es tan volátil como una pluma sin ningún “peso”.
Yo no tengo ningún estudio en economía, apenas soy un psicólogo con ambiciones de escritor, vaya usted a saber  si entonces mi opinión ha de contar, pero pensaba yo , claro yo un ser ingenuo, ignorante y alejado de la macroeconomía , si volviéramos a tener pesos de plata, es más si en lugar de pesos se llamaran solamente Onzas de México , de este maravilloso mineral que yace en el subsuelo de nuestro país ( ese subsuelo que los rapaces gobernantes insisten en poner en manos extranjeras) y que fueran estas Onzas de México  la moneda circulante y su valor estuviera sustentado en el mismo valor de la plata. El resultado sería a mi muy subjetivo punto de vista, sensacional, ya que la moneda dudo que perdiera su valor, al contrario tener una moneda así  acrecentaría el valor de la misma y el poder adquisitivo, rivalizaría con las más fuertes monedas del mundo, y sobre todo sería el orgullo de todos los mexicanos quienes  llevaríamos en las bolsas las monedas de plata y  los billetes que representarían su valor en plata, llevaríamos a México con nosotros casi de una manera religiosa.
En fin sólo me puse a pensar mientras limpiaba esa moneda que estaba perdida en  uno de mis cajones, como perdida anda la seguridad política, económica y social  de este país.


Eduardo Sastrías