Viaja a las
estrellas
visita al
principito y se sigue al sol
observa a
las hormigas y se explica la creación
rueda la
pelota que sus risas provoca.
El eco de
sus sueños silba en el firmamento
un papel se
ha convertido en un avión
un rayón en
la ópera prima.
Trompo
y balero vueltas y brincos
pedales
oxidados.
Lagrimas que
patinan en rosadas mejillas
narices
mocosas
dedos pegajosos de dulce y de mugre.
Muñecas con
risos de risa.
Trastes,
planchitas y cuadernos
corcholatas
jugando a las monedas.
Perico de
barro premio de feria
algodones
azucarados danzan las nubes flotantes.
El mundo gira en una caja de cartón.
La vida es simple,
la inocencia
se duerme
después de un vaso de leche.
Sabiduría
inmolada…
Auxilio,
auxilio un niño se ha perdido
en el cuerpo
de un adulto se ha ocultado.
Cornetas,
tambores y matracas
el ruido disfrazado de música
se mece al
vaivén de un columpio chillón.
Lagartijas y
sapos, conejos y renacuajos
perros y
gatos
pollitos moribundos
teñidos de
cursis colores.
Tortugas y
camaleones.
Los peces
observan desde su burbuja de cristal
la
maravillosa fauna particular.
Chicharrón
tupido de chile y limón
En sus
marcas listos...
todos al
patio de mi casa que es particular
Chin, chin
el que se raje.
Un bote
pateado, un navío avío cargado de
una muñeca
vestida de azul
y una
hormiga con su paraguas
en el
tianguis recién compró
que llueva
que llueva.
Carcacha
llévame a ver a la virgen de la cueva
que le
quiero rezar
todo lo que
le digas se te retacha.
Amo a To, pero
me voy con melón
matarile rile
ro
dejo
plantada a sandía
y a cucara macara
le digo que
yo no fui
que fue
Pimpón que es un muñeco.
Termino así
este poema
hace mucho
que dieron las siete
y este niño
se va a merendar.
Un dos tres
por mí.
Eduardo
Sastrías